Abecé del ayuno

por Revista Hechos&Crónicas

Hace unos meses, mi prima me contó que estaba haciendo el ayuno de Daniel, como no sabía de qué se trataba, no le presté mucha atención.  Días después, mientras hablábamos de algunos quebrantos de salud que he tenido, ella dijo: “deberías hacer el ayuno de Daniel, te ayudaría con eso”.

Muchas personas no saben cómo ayunar ni qué beneficios puede traer un período de abstención de alimentos para sus vidas. Algunos creen que la práctica del ayuno es algo que se remonta meramente a épocas bíblicas y otros desconocen que existen tantos tipos de ayuno como cristianos en el mundo. Hechos&Crónicas investigó y trae para sus lectores una breve explicación de lo que es el ayuno y cuáles son sus métodos.

Según la escritora y consultora nutricional, Kristen Feola, autora de la Guía práctica para el ayuno de Daniel, a pesar de “no encontrar en ninguna parte de la Biblia el mandamiento: «Deberás ayunar», hay una gran cantidad de pasajes que parecen dar a entender que el ayuno debe ser una parte regular de nuestras vidas”.

Isaías 58:1-14 explica claramente la importancia de la oración y el ayuno. El  principio del ayuno es sencillo: disponerse delante de Dios, sacrificar el cuerpo, la parte física, para tener una clara disposición para lo que Dios va a hacer durante ese período.

¿Por qué ayunar?

Existen miles de razones por las que una persona puede ayunar. Muchos lo hacen simplemente con la idea de perder peso, mientras otros lo hacen de manera más espiritual. Algunos buscan la solución de sus necesidades, mientras otros simplemente buscan agradecer a Dios. Lo importante, independientemente de las razones, es que el ayuno sirva para acercarse a Dios, para buscar su dirección y escuchar su voz con claridad. Si esa es la razón principal, Dios hará posible lo imposible.

En la Biblia se encuentran innumerables personajes que buscaron a Dios y su poder a través del ayuno, H&C trae algunos ejemplos:

– El profeta Joel convocó un ayuno por arrepentimiento – Joel 2:11-13

– Judá ayunó buscando elsocorro de Dios – 2 Crónicas 20:2-4

– Nehemías ayunó por Jerusalén en intercesión – Nehemías 1:4-6

– Esdras ayunóbuscando protección – Esdras 8:21-23

– Ana ayunaba por devoción a Dios – Lucas 2:36-38

– Cornelio buscó más de Dios – Hechos 10:30-32

– Jesús ayunó y obtuvo fuerza para la batalla – Mateo 4:2-3

¿Por qué NO ayunar?

No se debe ayunar con el fin de “torcerle el brazo a Dios”. Muchas personas realizan un ayuno esperando que se cumpla su voluntad individual sin consultar primero la voluntad de Dios. Las cosas no funcionan así. Lo más importante es la motivación. Mi actitud debe ser sincera. Si mi actitud es obligar a Dios a que actúe como yo quiero, es la equivocada. No debemos olvidar que el ayuno sirve para escucharlo a Él, para buscar su dirección, no para torcerle el brazo y obligarlo a que me responda.

Así mismo, Arthur Wallis, en su libro El ayuno escogido por Dios, asegura que “hay casos en los que no es recomendable iniciar un ayuno, sobre todo por tiempo prolongado. Esos casos son: desnutrición, postración nerviosa, diabetes y embarazo, entre otros. En caso de tener alguna duda, lo mejor es buscar el concepto médico”.

Sobre esto, es importante tener en cuenta que cuando los médicos prohíben por salud ciertos tipos de ayuno, no podemos desobedecr porque Dios nos hizo con cuerpo, alma y espíritu. No podemos ir en contra de nosotros mismos. Si los médicos recomiendan no hacerlo, hay que obedecerlos como autoridades. Salvo en los casos en que Dios sea muy claro y  muestre que nos va a sanar.

El ayuno tiene que ver con la comida

Kristen Feola asegura que el ayuno tiene que ver con la comida según los ejemplos bíblicos. “La práctica popular de declarar ayuno de otras cosas como ir de compras, el uso del computador o del televisor, puede traer beneficios, pero no constituyen en sí un ayuno. Abstenerse de algunas comidas o grupos completos de ellas, resulta en una profunda conciencia espiritual que no se logra al renunciar a visitar el centro comercial o ver tu comedia favorita. Los efectos colaterales físicos y las ansias que experimentarás mientras ayunas, sirven como un recordatorio constante de que necesitas con desesperación a Dios cada minuto de cada día”.

El ayuno NO tiene que ver con la comida

“Aunque la auto-negación de la comida es un componente vital del ayuno, no debes dejar que ocupe el centro de la escena. Tan difícil como esto puede llegar a ser, en especial al comienzo del ayuno, debemos resistir la tentación de quedar atrapados en lo que vamos o no a comer, que perdamos de vista los muchos beneficios del ayuno: la purificación física y espiritual, una dulce comunión con Dios, una mayor sensibilidad espiritual. Si nos dejamos absorber por el asunto de la comida, y fallamos en buscar a Dios, todo lo que estamos haciendo es una dieta para adelgazar”, afirma la escritora.

¿Cómo ayunar?

De acuerdo con Feola, “ayunar en esencia, es en verdad algo muy simple”. La especialista asegura que al momento de iniciar una restricción de alimentos con propósitos espirituales hay cinco factores de los que una persona debe ocuparse y enfocar toda su energía para experimentar un ayuno exitoso. “El resto- afirma- es asunto de Dios”.

1. Ora con frecuencia. El ayuno y la oración están unidos siempre. No se puede escuchar la voz de Dios sin oración.

2. Lee la palabra de Dios todos los días.

3. Cree las promesas de Dios.

4. Restringe tu ingesta de alimentos.

5. Alaba y agradécele a Dios.

Tipos de ayuno

Arthur Wills, en el libro El ayuno escogido por Dios, presenta los tipos de ayuno más frecuentes:

– Natural: se refiere al ayuno de comidas sólidas, sin dejar de lado las bebidas y los líquidos. Se llama natural porque el cuerpo humano puede sobrevivir sin alimento, pero no sin líquido. Este pudo haber sido el que realizaron Moisés, Elías y Jesús por 40 días, ya que la Biblia dice claramente que no comieron, pero no habla de que no bebieron.

– Total: Realizado por Esdras y Pablo, es el ayuno en el que no se ingieren alimentos o bebidas. Este ayuno puede durar como máximo tres días, pero no es aconsejable, debido a que el organismo no funciona correctamente si no se ingiere una cierta cantidad de líquidos diarios.

– Parcial: Este ayuno hace énfasis en la restricción de la dieta, más que una abstención total de la comida. Un ejemplo de este es el realizado por Daniel cuando decidió no contaminarse con la ración que le ofrecía el rey ni con el vino que este bebía, ya que tanto la comida como la bebida eran ofrecidas a los dioses babilonios. Es el más recomendado para personas que sufren de alguna condición médica que les impida una abstención total y también se recomienda para períodos largos. Usualmente, el ayuno de Daniel se realiza entre 21 y 40 días.

La Biblia presenta ejemplos de diferentes tipos de ayuno, algunos más prolongados que otros. Sin embargo, no establece un método exacto con el que se deba ayunar. En el ayuno, igual que en muchas prácticas de la disciplina cristiana, la Biblia guarda silencio porque lo importante no son los métodos, sino el principio que los respalda. El principio es una abstención,  pero el ayuno es algo muy personal, de cada uno con Dios, no podemos medirnos todos con la misma vara, por eso puede haber tantas maneras de ayunar como cristianos hay en el mundo, lo importante es que se haga para Dios y con honestidad.

Foto: Ben White – Unsplash (Usada bajo Licencia Creative Commons)

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