Adultos mayores, soledad y aislamiento ¿Cómo sobrellevar esta etapa?

por Revista Hechos&Crónicas

El aislamiento no ha sido sencillo para nadie. Los niños dejaron sus clases, las madres y padres deben encargarse de todo en casa, los trabajadores temen perder su empleo, los negocios no han podido abrir, etc.

La incertidumbre se ha apoderado de todos, pues la economía y la salud en general están en riesgo. Sin embargo, existe una población que se considera la más vulnerable y que está siendo doblemente afectada por el aislamiento.

Muchos pasaron de compartir continuamente con sus familias a vivir esta temporada completamente solos o duramente aislados. Claro, en muchos casos se trata de un intento de sus seres queridos por protegerlos, pero está generando en ellos un sentimiento doble de soledad y graves repercusiones.

Nos estamos perdiendo de nuestros nietos

“Siempre he sido una persona activa. Cuando me pensioné hace unos años, me fui a vivir a una finca fuera de la ciudad. Mis hijos me visitaban con frecuencia y la mejor parte era que llevaban a mis nietos y pasábamos felices. Nos reuníamos seguido. Cada cierto tiempo, mi esposa y yo viajábamos a la ciudad para nuestros chequeos médicos y para hacer las diligencias necesarias. Ni un solo día dejé de sentirme útil. Pero cuando comenzó  la pandemia, el aislamiento nos cogió en soledad. Las labores de la finca dejaron de interesarnos. Nos costaba conciliar el sueño… ¿para qué hicimos tanto en la vida? ¿Para pasar solos la vejez? Los hijos están pendientes, es verdad que nos llaman, pero no somos tan diestros con la tecnología y eso también es frustrante. Ellos andan con sus trabajos y clases en casa y nosotros sin saber qué hacer. Quién sabe cuándo pasará esto y mientras tanto nos estamos perdiendo de nuestros nietos”, cuenta Enrique Villamil a Hechos&Crónicas.

Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia. Proverbios 16:31.

La realidad es que de esos más de cuatro millones de adultos mayores, casi la mitad padece de insomnio. Algunos crónico y otros, transitorio. Muchos dejan de comer y pierden el interés por las cosas que antes disfrutaban. Y si bien este es un tema relativamente frecuente en la vejez, la crisis que está viviendo el mundo por cuenta de la pandemia de COVID-19 ha incrementado las cifras de forma incalculable.

De acuerdo con la Asociación Colombiana de Psiquiatría, “a medida que aumenta el porcentaje de la población de adultos mayores, también lo hace el número de los que tienen depresión. En la práctica, los pacientes ancianos tienen manifestaciones clínicas especiales que dificultan el diagnóstico para los médicos no psiquiatras, ya que no se ajustan a los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR). No reconocer este trastorno oportunamente puede traer complicaciones para los pacientes y sus cuidadores. Los trastornos depresivos constituyen un grupo heterogéneo de entidades caracterizado por un estado de ánimo deprimido, disminución del disfrute, apatía y pérdida del interés en actividades cotidianas, ideas de minusvalía y desesperanza, insomnio, anorexia e ideación suicida. A menudo, los pacientes mayores manifiestan ansiedad y síntomas variados”.

¿Qué hacer?

Las canas y la edad están de nuestra parte, tenemos más experiencia que tu padre. Job 15:10.

Lo más importante es llenarse de valentía y de buenos deseos, como dice el pasaje, la experiencia está de su parte y después de haber superado grandes pruebas en la vida, esta no puede ser la que les quede grande. El aislamiento no debe ser sinónimo de depresión y tristeza, sino una forma de sacar la valentía que Dios ha puesto en nosotros.

Para esto, el Colegio Oficial de Psicología de Madrid recomienda algunos pasos para que los adultos mayores puedan superar esta etapa:

  1. Informarse adecuadamente

No se trata de ignorar el problema, pero tampoco de sobre informarse. Está bien estar enterados, pero no es bueno vivir pegados a las noticias, pues estas tienden a ser amarillistas y enfocarse más en los muertos y los casos de gravedad. Allí parece no haber esperanza.

  1. Extremar precauciones

Sea juicioso con el tapabocas, lavado de manos, desinfección de cosas y superficies, mantenga el distanciamiento y quédese en casa. Si recibe visitas, evite contactos como besos o abrazos y haga todo lo que está en sus manos para mantenerse a salvo.

  1. Estar alerta de la salud propia y de quienes nos rodean

Fíjese cómo está su salud. No solamente debe cuidarse del virus, sino de cualquier otra afectación que tenía antes o que ha surgido durante este tiempo. No descuide la toma de medicamentos y apóyese en alguien si necesita ayuda.

La mayoría de entidades prestadoras de salud habilitaron la opción de teleconsultas y llevan los medicamentos a su domicilio si usted pertenece a la tercera edad o población de riesgo.

  1. Autocuidado

Aproveche el tiempo para hacer ejercicio (lo que su cuerpo le permita), aunque sea caminar dentro de su casa. Busque alimentarse de forma saludable, intente tomar el sol todos los días aunque sea por la ventana. Dedique su tiempo en algo que disfrute como un hobbie o una manualidad.

Escuche su música favorita, lea un buen libro, la Biblia o disfrute de la revista Hechos&Crónicas.

  1. Mantener rutinas

Continúe levantándose a la misma hora, no descuide su devocional, tenga horarios de alimentación y de sueño, báñese a la hora que solía hacerlo. Mantener ciertas rutinas le permitirá permanecer más tranquilo a pesar del aislamiento.

  1. Aprovechar las nuevas tecnologías para mantener el contacto

Lo bueno es que esta pandemia, a diferencia de las ocurridas en el siglo pasado, es que tenemos de nuestra parte bastantes herramientas tecnológicas para comunicarnos. Haga uso de ellas.

“Cacharréelas” como se dice popularmente y aprenda a manejarlas. Sorprenda a sus seres queridos con su dominio de la tecnología y evite frustrarse cuando no lo logra, recuerde que esta es una herramienta y por ningún motivo debe robarle la paz.

  1. Permanezca en la Palabra de Dios

En vez de meditar, (que es el último paso), Hechos&Crónicas le recomienda aferrarse verdaderamente a Dios. Que sea el momento para que su relación con el creador mejore y de Él venga su paciencia y paz.

El pastor Carlos Ricardo Bustos, de Casa Sobre la Roca en Bogotá aseguró que la iglesia va a continuar velando porque los adultos mayores (y la comunidad en general) reciban la Palabra de Dios en sus hogares. “Nosotros como iglesia debemos garantizar que esas personas reciban la Palabra de Dios, debemos estar prestos en llevar la palabra a cada hogar y mantener el cuidado del adulto mayor. No vamos a ponerlos en riesgo. Para nosotros es muy importante mantener ese protocolo de seguridad para ellos, pero también hacer comunidad y mantenernos unidos”.

Además, Jorge Porras, director del ministerio de Años Dorados en Casa Sobre la Roca Cali afirma: “Nuestra vida como hijos de Dios la afirma y construye el practicar la Palabra de Dios y es el Espíritu Santo quien nos la revela. Por consiguiente, debemos permanecer arraigados en la verdad, en la Roca que es Jesús, para que no importa lo que venga, nuestra vida siga siendo edificada sobre Él. En estos tiempos de preocupación, lo que nos ayuda a vencer la angustia y ansiedad está escrito en el Salmo 37: 3-4 y se describe en estos cinco pasos: Confiar en el Señor, hacer el bien, establecernos en la tierra, mantenernos fieles y deleitarnos en el Señor, que es lo que nos ayuda a quitar nuestro foco de la preocupación”.

Y por último, recuerde la promesa que Dios le ha dado con anterioridad: Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré. Isaías 46:4.

Foto: Freepik 

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