¿Por qué son importantes las relaciones interpersonales para el éxito?

por Revista Hechos&Crónicas

Casi todo lo que hacemos depende del esfuerzo y trabajo de un equipo dispuesto a realizar tareas que solos se nos haría imposible. Por ello no importa si eres el jefe del trabajo, el líder de la iglesia, el maestro, o el padre de familia, siempre estarás relacionado con otras personas. Que tu liderazgo tenga éxito depende directamente de la forma en que te relacionas con tus subalternos, con tus pares y con tus superiores. Pero presta especial atención al equipo que te acompaña, el que cubre tus espaldas cuando estás en medio de la tarea cotidiana, enfocado en el objetivo propuesto y las distracciones aparecen para sacarte de tu eje, y confundirte.

Para saber cómo está tu relación con quienes te acompañan hay cinco cosas que John Maxwell recomienda revisar:

1) Respeto
2) Experiencias compartidas
3) Confianza
4) Reciprocidad
5) Disfrute mutuo

Cuando se trata de relaciones personales todo empieza con el respeto. Con el deseo de considerar valiosos a los demás. Necesitas hacer sentir importante a quien trabaja contigo. Si internamente crees que la persona es un don nadie, tarde o temprano se lo harás sentir o lo percibirá aunque trates de ocultarlo. Necesitas mostrar respeto hacia los demás más allá de que hayan hecho algo para merecerlo. Es decir, por el simple hecho de ser alguien que se juega por tu visión y por sobretodo porque es un ser humano.

El respeto cimenta buenas relaciones personales, pero por sí sólo no basta. Necesitamos conocer a la persona,
compartir experiencias por un tiempo para saber cómo piensa, cómo reacciona ante la adversidad.

Cuando respetas y compartes tiempo con las personas de tu equipo, indefectiblemente se cultiva la confianza (y
por la negativa la desconfianza). La confianza es esencial en toda buena relación y, yo creo, más aún en un
equipo donde tienes que seguir enfocado sin mirar el ataque que viene tras de ti, porque confías que ese frente lo está atendiendo una persona de tu equipo, que transmite tu mirada, tu misión, y tu pasión al respecto. Es la confianza que da seguridad ante los imprevistos.

Toda relación debe ser recíproca para que funcione. Si es de una sola vía está destinada al fracaso. No es durable. Para tener una relación perdurable debe existir un “toma y dame” que muestre un esfuerzo común, un deseo común y una entrega común. Si el dar es siempre de un solo lado, y el recibir sólo se da del otro lado, y no
hay un ida y vuelta, la relación se vuelve muy monótona y pierde sentido de unidad, de equipo. Es recomendable preguntarnos sobre nuestras esperanzas, nuestros objetivos personales y grupales, nuestros deseos, intensiones y anhelos de desarrollo, para poder caminar juntos ese recorrido de proponer y alcanzar
objetivos en la vida del equipo.

Cuando las relaciones crecen y comienzan a afirmarse, las personas involucradas comienzan a disfrutar estar juntas, compartir tareas, alcanzar metas y seguir avanzando en objetivos comunes. El simple hecho de estar juntas puede convertir a la más desagradable tarea en experiencias de éxito rotundo.

Invertir en las personas es el mejor negocio para quienes trabajamos para el Reino de Dios. Llegar a ser una persona diestra en el relacionarse con otros te dará éxito individual y también grupal. En este caminar con otro es importante que ejerzamos todos aquellos “los unos a los otros” que se encuentran en la Palabra de Dios.

Por: Esteban Fernández. Presidente para América Latina de Bíblica Internacional Co. con sede en Miami, Florida.

Foto: Eduardo Zapata para la Revista Hechos&Crónicas 

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