Dios creador

por Revista Hechos&Crónicas

¿Alguna vez pensaste en la inmensidad de la creación? ¿En su belleza? ¿En su diversidad?… Nos gusta visitar museos y galerías de arte. Nos gozamos en la magnífica música de una orquesta. Nos emocionamos frente a la sonrisa tierna de un niño o la mirada mansa de un anciano. Algunos admiran las manos, otros los ojos, otros los paisajes, otros una flor. Los más bohemios disfrutarán de un paisaje campestre, los más sofisticados de mirar a través de un telescopio a intensidad del universo. Todo se resume a «Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra» de Génesis 1:1.

El texto deja claro que en el principio ya Dios era Dios. El creó el principio. Por ello en el principio solo existía Él y a través de Él todas las cosas fueron creadas, fueron hechas. La naturaleza es mucho más que el fruto de la evolución es un hermoso libro que nos habla de su Creador y de la creación del Creador.

Que Dios haya creado los cielos y la tierra nos habla, que él conoce a pleno nuestra existencia: quienes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos, quienes llegaremos a ser y quienes nunca seremos. Dice el relato de Génesis que antes de Dios todo era un caos. «La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas» (Génesis 1:2). Pero Él la puso en orden.

De la oscuridad hizo la luz. Y como era buena la luz, separó el día de la noche para que disfrutásemos las horas de luz, y para que descansemos en las horas de oscuridad.

Como quien pincela sobre una tela, de un pincelazo separó las aguas. Firmamento mediante, unas fueron hacia abajo y otras hacia arriba. A ese firmamento lo denominó cielo. Y como era necesario, lo apagó por unas horas hasta que amaneció al otro día. Como todo era mar, hizo aparecer el suelo seco y lo llamó tierra. Así había extensiones de agua, de cielo y de tierra. Comenzó a adornar cada una de estas extensiones con seres vivientes: aves, plantas, animales, peces. Y ya pasaron dos o tres días.

Y así contemplando su creación, fueron pasando los días. Mientras seguía creando un paraíso lleno de alegría y vida, porque veía que todo era bueno. ¡Muy bueno!

Un buen día pensó en crear a una criatura que se le pareciera. Entonces creó al hombre a su imagen y semejanza. Del hombre hizo a la mujer para que lo acompañase y completase. (Lea con detenimiento Génesis 1:27-31).La creación era maravillosa.

Por: Esteban Fernández. Presidente para América Latina de Bíblica Internacional Co. con sede en Miami, Florida.

Foto: Eduardo Zapata para la Revista Hechos&Crónicas. 

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