Centennials y sus desafíos espirituales

por Revista Hechos&Crónicas

Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12.

Una generación inteligente y culta que crece en medio del furor por la tecnología y las redes sociales, hoy tiene en sus manos el poder para comunicarse y mover sus ideas para transformar el mundo pero ¿Dónde está la espiritualidad de esta generación? ¿En qué creen?¿Hay una creencia que los impulse a mover el mundo?

Los centennials son la generación de “jóvenes nacidos entre 1997 y 2006, caracterizados por estar inmersos en el mundo digital, por ser nativos 100% digitales, y que reciben, producen e intercambian información de forma pública, rápida y efímera. Estos jóvenes son individuos activos, y su entorno es vertiginoso, virtual, lúdico y también pedagógico”, explica el libro “Centennials: generación sin etiquetas” elaborado por la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Agencia Sancho BBDO.

Esta generación de adolescentes, que para el 2018 ya representaba el 35% de la población mundial según el estudio “Centennials a los 21” elaborado por la firma de investigación Kantas, es muy diferente a todas las demás: es la única que no conoció el mundo sin internet, han vivido momentos históricos muy distintos a los superados por sus antecesores y todo ello, aun en plena formación de sus principios y verdades.

“los centennials son individuos que aún se encuentran en proceso de formación y crecimiento. Sus cerebros aún no han terminado de formarse; por ello es primordial tener en cuenta que  la manera como se definan no puede entenderse como una verdad inamovible, pues todavía les falta pasar por momentos y situaciones de coyuntura que los influencie en ese proceso de su construcción personal, situaciones que solo la historia dará la posibilidad de esclarecer en los años venideros” señala la investigación universitaria.

Esto ha llevado a que sus hábitos de vida dependan en gran medida de la tecnología y su interacción con ella, incluso en la práctica y fortalecimiento de sus prácticas espirituales. Es así como los modelos, libros y formas de compartir y predicar la Palabra de Dios han quedado atrás frente a las nuevas estrategias de comunicación de la música, las redes sociales y las experiencias fugaces, que hoy se han convertido en los nuevos “líderes de opinión” que influencian a los adolescentes en todas las áreas de su vida.

Esto ha derivado en consecuencias funestas para el cristianismo y las iglesias protestantes en todo el mundo. El informe “The Great Opportunity: The American Church in 2050” elaborado por Pinetops Foundation y Veritas Fórum arroja datos preocupantes para el papel protagónico de los jóvenes en las iglesias. La proyección de la investigación es contundente: cerca de 35 millones de jóvenes abandonarán el cristianismo en todo el mundo.

Ya bien lo advertía el pastor Darío Silva- Silva en su libro “El reto de Dios” al señalar “Es absurdo envejecer a los jóvenes, como algunos pretenden. Hay iglesias en las cuáles meten a las nuevas generaciones en camisas de fuerza, bajo la pretensión dictatorial y preterizante de que actúen como la hacen sus mayores”.

Lo más preocupante de este panorama, es que dentro de la búsqueda de la verdad de estas nuevas generaciones, el internet es su principal profeta “en este universo en el que habitan los centennials, basta con un clic, basta con “googlear” para que la verdad –afanosamente buscada y lentamente construida sobre la base, no solo de la prueba y el error, sino de la autocrítica– aparezca. Sin embargo, ya no necesita ser verdad. Como en el universo distópico de Big Brother, pareciera que hoy ya no nos importa si algo es verdad o no, lo importante es que creamos que existe esa verdad, porque finalmente la verdad la construimos cada día” sostiene el libro “Centennials: generación sin etiquetas”.

Una oportunidad para la iglesia del futuro

En el artículo “Algunas ideas para entender a la iglesia que viene” publicado en su blog personal, el pastor y director para América Latina de Biblica, Esteban Fernández, muestra un panorama complicado para las creencias, las iglesias y el rol juvenil dentro del cristianismo:

“Los jóvenes de las nuevas generaciones no confían en las instituciones ni en la religión formal: sólo un 30% dice creer en Dios (según un estudio de la Universidad de Cambridge), pero “no el que presentan las religiones” para algo más de la mitad de ellos. Habitualmente dicen que prefieren creer en “algo”, “energías que los influyen”, por encima de lo que las religiones y la religión mayoritaria enseñan. Sólo un 14% dice creer en el Dios de la religión católica. Algo más del doble son los que se definen como ateos. Un 29% considera que “no existe Dios en absoluto”.

Las cifras no mienten. A medida que pasa el tiempo los centennials se siguen convirtiendo en quienes mueven el mundo, un fenómeno que ya se observa con el caso de la activista Greta Thunberg. Proyecciones de ManPower Group indican que los centennials serán el 24% de la fuerza laboral en el mundo para 2020 y están concentrados en buena parte en África, Oriente Medio, Sudeste Asiático y América Latina, regiones que se espera “sean una fuente de inspiración fresca y de crecientes influencias que darán forma al mercado global, desde la comida hasta el cuidado personal, la moda y la tecnología”, asevera la investigación “Centennials a los 21”.

Por esto es importante que los ministerios, iglesias, líderes, pastores cristianos y creyentes de a pie, cambien de chip a la hora de llevarles y dar a conocer el Evangelio y los principios bíblicos a los adolescentes, como es el llamado que hace el pastor Esteban Fernández, “trabajar en esta generación que descree de Dios es un trabajo desafiante y creativo. Necesitamos cambiar las estrategias, las formas de comunicarnos con ellos. Ser asertivos y acertar en la forma de vincularnos con estas personas que piensan de otra forma. Navegar en el mar de lo nuevo no es motivo para marearnos. Sólo es cuestión de fijar los ojos en la Cruz y  conducir la nave hacia el Salvador, con la misma pasión y devoción, aunque presentando un peregrinaje diferente”, indica el pastor en la entrada de su blog.

Al llegar a los centennials de una forma nueva, fresca pero arraigada a los principios de una sana creencia vinculada 100% a la Sagradas Escrituras, estos tendrán un papel protagónico en la creciente necesidad de un nuevo avivamiento espiritual. Los antiguos modelos para compartir, predicar y llevar a la práctica la Palabra de Dios se quedaron cortos a la hora de responder a inquietudes y dar a conocer la verdad a una generación ávida de conocimiento y experiencias. Todo ello en medio de la amplia oferta de “baratijas espirituales” que pululan en la sociedad actual y que tiene como profetas a todo tipo de influenciadores.

La oportuna construcción de una nueva reforma espiritual que ofrezca argumentos, principios y respuestas a los adolescentes es necesaria. Ya que el paradigma de creencias considerado por los jóvenes, usualmente asociado a la religión, sus ritos e instituciones, ha generado apatía y desprecio por la vida espiritual.

“Son adolescentes y están en la gran etapa de la aventura del descubrimiento intelectual que les ayuda a formar valores. Por eso NECESITAN discutir, evaluar, criticar y tenemos que permitirles hacer eso trazando un puente hacia lo que dice la Biblia, pero haciéndoles preguntas y dejándoles razonar en vez de darles conclusiones terminadas”, explica el pastor Lucas Leys, fundador del ministerio de capacitación e625.com y que tiene con más 25 años de experiencia en el discipulado de nuevas generaciones.

Los centennials son una generación cansada del mundo de hoy por eso es necesario llevar a cabo una transformación de índole espiritual que resalte los principios espirituales base pero que actualice su forma de transmitirlos, con el fin de que el mensaje no entre por un oído y salga por el otro.

Ellos necesitan un evangelio que los afecte, toque y ayude profundamente a su vida a nivel personal que no les quede duda de llevarlo a toda la sociedad que pretenden afectar, no si antes haber comprobado en sus vida el poder de Dios.

La necesidad de este impacto profundo en esta generación es tan importante como valioso, debido a que diariamente los adolescentes siguen, comparten y transmiten no solo lo que les gusta o llama la atención sino también sus experiencias, opiniones así como momentos de impacto, eso es lo que mejor expresan y dan a conocer mediante los canales de comunicación que más les gustan y que suelen ser muy populares.

Esto debido a que hoy en día, ellos “son menos propensos a expresar que la religión es buena para las personas (48%) o la sociedad (43%) y de manera similar dudan en abrazar la influencia de la Iglesia Cristiana (42%) como importante para la sociedad”, señala la investigación The Connected Generation realizado por Barna Group y Visión Mundial.

Por: David Bernal – @davidbernall

Foto: Gift habeshaw / Unsplash

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