Vivir en armonía

por Revista Hechos&Crónicas

¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! Salmo 133:1.

Los seres humanos necesitamos vivir en sociedad. Necesitamos dar y recibir amor. Una de las bases en la pirámide de necesidades del ser humano es el reconocimiento, entendido no como la exaltación, sino como la necesidad de ser importante para alguien. Esto se nutre por lo general en la familia y con nuestros seres queridos más cercanos, pero también debe nutrirse de alguna manera en todos los espacios donde nos desenvolvemos.

Cuando llegamos a los pies de Cristo, nuestra naturaleza cambia y pasamos a ser sus hijos, escogidos y llamados a marcar la diferencia en nuestro entorno. Es decir, estamos llamados a vivir en armonía. Si nosotros no somos luz en cualquier lugar que pisamos, la razón es muy sencilla: nuestro corazón no está sano, pues como creyentes estamos llamados a dar amor, a ser los brazos extendidos del amor de Dios.

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Colosenses 3:12-13.

¿Qué es armonía?

En su etimología, la palabra armonía procede del latín «harmonĭa» y a su vez del griego «αρμονια» (armonía) forma de αρμος (armós) que significa ajustamiento o combinación, ajustar dos o más partes de algo perfectamente.

Esto es lo que espera Dios que ocurra cuando hacemos parte de un equipo (llámese familia, iglesia, compañeros de estudio o trabajo, equipo deportivo, etc), que busquemos encajar de la manera correcta, en paz y  con amabilidad, sin importar lo distintos que seamos, para que nuestras palabras contribuyan a la edificación de los demás, con amor y tolerancia. Sin embargo, esto no es nada fácil pues como seres humanos todos tenemos algo en qué trabajar.

El pastor de Casa Sobre la Roca Sabana Norte, Mario Andrés Santa, en su libro ‘Me cansé de equivocarme’ lo describe de la siguiente manera: “Todos somos imperfectos y esos defectos van a molestar a quienes están junto a mí. Además, no todos hacemos las labores de la misma manera. Por ello necesitamos tolerancia. Esto nos permite no centrarnos en los defectos o en lo que nos molesta, sino valorar los aspectos positivos.

Aunque parezca mentira, los miembros del equipo se hieren a sí mismos. Como alguien dijo: la iglesia es el único ejército que se destruye a sí mismo. Las personas cercanas son las que más nos hieren y además, las que más nos duelen. Se requiere humildad para reconocer los errores y cambiar. Todos tenemos la capacidad de seguir creciendo, pero para ello se requiere eliminar las prevenciones. La clave es tener conversaciones maduras en las que quien escucha no está prevenido, sino abierto a las críticas edificantes y quien habla, no critica, cuida los gestos y busca la edificación del grupo. Donde hay unidad, Dios concede bendición y vida eterna”.

En cuanto dependa de ustedes…

En algunos casos, vivir en armonía no depende de nuestras acciones, pues por más que nos esforcemos, los demás no están interesados. ¿Entonces, debemos desfallecer? Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Romanos 12:18

El versículo es claro: ¿Ha hecho todo de su parte para estar en paz? Si es así, descanse con tranquilidad porque no puede obligar a los demás a llevarse bien. Usted debe preocuparse por sus propias acciones.

“Es mi responsabilidad desatar la armonía en el lugar en el que estoy. No es mi problema si los demás no quieren estar bien, mi problema es estar en paz con todos. No tener nada en mi corazón, no el de los demás. Es su vida con Dios y ante esto no debe prevalecer la división”, afirma el pastor Silvano Espíndola de Casa Sobre la Roca Boca Ratón.

Por esta razón, no debe olvidar lo que dice la Biblia en Efesios 4:29: …que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. Es decir, las acciones de nosotros los creyentes deben contribuir a llenar los tanques de amor de los demás y no aumentar la incidencia de riñas o matoneo.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Trabajo, el año pasado se presentaron 2.050 denuncias relacionadas con conflictos laborales. Sin embargo, se estima que 70% de los casos no son denunciados, pues los afectados temen perder su trabajo o recibir represalias  sus jefes y compañeros. De la misma manera, la familia, núcleo de la sociedad, tampoco se encuentra libre de división. De hecho, y de forma casi irónica, el Día de la Madre es uno de los más violentos. El año pasado se presentaron 1.290 riñas y 126 homicidios entre familiares y amigos durante la celebración, y aunque las cifras de 2019 tuvieron una leve reducción, no dejan de ser alarmantes.

Por el contrario, esfuércese por hacer con los demás lo que quisiera con usted y contribuya a suavizar las situaciones. La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva le echa leña al fuego. Proverbios 15:1.

Sea amable, bondadoso aplique el consejo de Pablo en Filipenses 4:4-5: Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. Recuerde que usted tendrá que rendir cuentas a Dios  por su comportamiento o por cada palabra que salga de su boca, no se convierta en piedra de tropiezo para los demás con su conducta, más bien dedíquese a extender el amor de Dios que Él se encargará de hacer justicia por usted.

Foto: Freepik

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