Apostasía

por Revista Hechos&Crónicas

El desafío de conocer si estamos frente a una falsa doctrina o ante la apostasía más evidente se resuelve de caras a la Palabra de Dios, fuente de todo conocimiento. Para entender, necesitamos ver qué significan cada una de estas dos propuestas indecentes para ir desmenuzando sus implicancias, riesgos y presencia en nuestras vidas.

Una falsa doctrina es cualquier idea que anula, contradice, agrega o quita a la doctrina dada en la palabra de Dios. Por ejemplo, cualquier enseñanza acerca de Jesús que niega su nacimiento virginal es una doctrina falsa, pues contradice la clara enseñanza de las Sagradas Escrituras. Ya desde el primer siglo después de Cristo, la falsa doctrina estaba infiltrándose en la iglesia, y muchas de las cartas del nuevo testamento fueron escritas para abordar esos errores (Gálatas 1:6-9; Colosenses 2:20-23; Tito 1:10-11).

Pablo exhortó a su discípulo Timoteo a que se protegiera de aquellos que estaban vendiendo las herejías y confundiendo la grey: Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de la doctrina que se ciñe a la verdadera religión, es un obstinado que nada entiende… (1 Timoteo 6:3-4).

Cuando hablamos de apostasía, hablamos de negar la fe, de cambiar los principios dados por Dios a través de Cristo Jesús y la Biblia, por cualquier idea alejada de la centralidad bíblica. Esto me recuerda la advertencia del profeta Isaías en el capítulo 5 verso 20 que dice: «¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que  tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!». Creo que vivimos tiempos de apostasía, en muchos sentidos. Cada vez que negamos la Biblia aceptando aberraciones de la humanidad y el pecado, grieta que nos separa del verdadero plan de Dios para nosotros, estamos viviendo en apostasía.

La impiedad en los últimos días

Quizás la impiedad sea una de las marcas más visibles de estos tiempos, donde el engaño y la negación están a la orden del día. La Biblia es clara cuando aborda el tema de la impiedad en los últimos días en 2 Timoteo 3:1-9.

El consejo de Pablo a Timoteo cobra especial vigencia cuando descubrimos que en nuestros días hay personas con las mismas características que describió Pablo: ¡Con esa gente ni te metas! -dijo categóricamente el apóstol tardío.

Ocuparnos de la verdadera religión, aquella que habla de cuidar a los huérfanos y las viudas, y mantenernos “…limpio de la corrupción del mundo” (Santiago 1:27), esa debe ser nuestra misión después de la de expandir el Evangelio de Jesucristo.

Adhiero al consejo de Pablo: Timoteo, ¡cuida bien lo que se te ha confiado! Evita las discusiones profanas e inútiles, y los argumentos de la falsa ciencia. Algunos, por abrazarla, se han desviado de la fe. (1 Timoteo 6:20-21).

Para evitar caer en falsas doctrinas y apostasías, recurramos a la Biblia como fuente de nuestra fe, evitemos las discusiones inútiles y cuidemos de las viudas y huérfanos, mientras extendemos el Reino de Dios a través de la predicación del Evangelio de Jesucristo.

Foto: Archivo personal

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1 comentario

María Consuelo Abril Sánchez 7 de noviembre de 2022 - 00:25

…Pero si nuestro corazón no nos reprende mayor que nuestro corazón es Dios…

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