La importancia de capacitarse para defender la fe

por Revista Hechos&Crónicas

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos. 1 Timoteo 6:12.

Los apóstoles de Jesús fueron muy afortunados, pues no tuvieron que asistir en forma presencial ni virtual a ninguna academia de educación cristiana de su época, gracias a que estuvieron por tres años al lado del maestro de maestros de la Palabra de Dios: el Señor Jesucristo que conocía el interior del corazón humano.

Jesús era un instituto bíblico ambulante, en sus labios siempre hubo conocimiento, integridad y coherencia entre su palabra y estilo de vida. Además, no solo conocía la biblia hebrea sino que transmitía a su audiencia importantes lecciones y principios de vida eterna, para que la fe de sus seguidores fuera fortalecida y su mensaje se extendiera más allá de su nación judía.

Sin duda alguna, el sermón del monte “la declaración universal del Reino de los cielos”, es una proclamación de enseñanzas prácticas para la vida diaria del creyente, donde se reflejan sabiduría divina y conocimiento de normas o leyes espirituales para la buena convivencia entre los seres humanos y obediencia a las mismas.

El Señor Jesucristo no solo conocía las escrituras en su totalidad, sino que tenía la habilidad y capacidad para enseñar el Libro de la Ley a todos los contemporáneos de su época.

Puedo afirmar con certeza y conocimiento de causa, que la Unidad Educativa de nuestra iglesia Casa Sobre la Roca está conformada por un selectivo grupo de hombres y mujeres que han sido fieles al llamado de desempeñarse como maestros de la Palabra de Dios, quienes además sirven en otros ministerios de la iglesia y son unos verdaderos “embajadores de Cristo” en sus profesiones seculares.

Mi experiencia como alumno en la Unidad Educativa

En este momento estoy octavo semestre de formación teológica integral en la Unidad Educativa IBLI-FACTER, lo que he experimentado a nivel personal, académico y sobre todo a nivel espiritual, es maravilloso y de gran bendición para mi vida y ministerio.

Tengo que decir que todo miembro de nuestra iglesia Casa Sobre la Roca, debería hacer un esfuerzo por ingresar a la Unidad Educativa con el fin de crecer espiritualmente, entrenarse y capacitarse en el conocimiento de la Palabra de Dios para defender la fe con argumentos sólidos y convincentes. Así como un buen soldado se entrena física, psicológica y mentalmente para enfrentar batallas y retos que requiere su profesión, debe estar preparado mucho más un “Soldado de Cristo” para enfrentar a un mundo humanista y secularista, que con ideologías de las tinieblas quieren borrar el Nombre de Dios hasta de las constituciones de sus países.

Todo verdadero creyente responsable y seguidor de Jesús tiene que ser consciente que un día estará sentado frente a Dios, para darle cuentas al Señor de la manera como profundizó en el estudio de las Sagradas Escrituras y de qué forma compartió sus enseñanzas con las personas de su entorno familiar, profesional y social.

En lo personal, me impactaron bastante las primeras clases que recibí en la Unidad Educativa, por  ejemplo, cuando un profesor de una de las materias del Ibli empezó con una oración y aprovechó para compartir un devocional en el cual en ese momento Dios habló no solo a mi vida y a mi corazón, sino a todos los compañeros del aula.

Todos los docentes nos comparten un devocional breve antes de iniciar la clase, lo cual es excelente porque se prepara una atmósfera espiritual para abrir nuestra mente, corazón y prepararnos para no solamente recibir una clase normal, sino un mensaje de parte del Señor.

También destaco la calidad humana y el compromiso de todos los maestros con el personal de alumnos para dictar cada una de las materias con profesionalismo y sabiduría de Dios con el propósito de que ese conocimiento se asimile de manera fácil y práctica.

Unidad Educativa: espacio académico y espiritual para el crecimiento integral

Cada vez que tengo que asistir a una clase en la Unidad Educativa preparo mi corazón y mi espíritu para recibir más que una información de conocimientos, una ministración a través de alguna oración, enseñanza o Palabra de Dios que se pronuncie durante el tiempo de desarrollo de la clase. En varias ocasiones como todo creyente, he tenido que orar y esperar respuesta de parte de Él para tomar alguna decisión importante respecto algún asunto específico, y me he encontrado con la sorpresa de que el Señor me ha respondido durante la clase. Dios está muy interesado en responder a sus hijos todo el tiempo.

Por otra parte, en las aulas de la Unidad Educativa he podido ser testigo de la solidaridad y el amor fraternal entre el grupo de estudiantes y profesores. En varias oportunidades he podido vivir en carne propia, la manera como el Señor permite durante un espacio de la clase bajo la guía del Santo Espíritu, que los alumnos abran sus corazones para compartir sus propias necesidades espirituales y personales con el grupo de compañeros y el profesor de turno.

La Biblia dice: Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:2. Además el Señor exhorta a que cada creyente se prepare y capacite en el llamado con excelencia a través del conocimiento y sabiduría que otorga el estudio de las Sagradas Escrituras, no es capricho lo que dice el gran apóstol Pablo en 2a Corintios 6:6: Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero.

Por: Mario Humberto Garzón Melo. Estudiante de octavo semestre de la Facultad de Teología Integral (Facter).

Foto: 123RF

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