Diez cosas que un esposo detesta

por Revista Hechos&Crónicas

Las relaciones de pareja no son un tema sencillo. Mucho más cuando la convivencia, la rutina y las obligaciones comienzan a enfriar las cosas. Hechos&Crónicas hace un recuento de aquellos comportamientos que un esposo no soporta de su esposa.

El propósito no es acusar, señalar o hacer sentir mal a las esposas; sino tener un punto de partida para evitar conflictos en el matrimonio. Aquí una lista de las 10 cosas más populares que un esposo no tolera:

1- Avergonzarlo en público

La Biblia nos explica de varias maneras que las mujeres necesitamos sentirnos amadas y los hombres necesitan sentirse respetados. Criticarlo, hablar de sus defectos, corregirlo o incluso burlarte de tu esposo lo hace sentir como un completo idiota frente a los demás. Si tienes algo malo que decir de él, solo puedes hacerlo en intimidad con Dios. No frente a él y menos frente a los demás. Esto aplica también para lo que publicas en redes sociales. Que lo que otros escuchen de ti sea solo cosas positivas de tu esposo.

2- Solucionar todo llorando

Las mujeres somos más sensibles y es natural que a veces lloremos frente a determinadas situaciones. Sin embargo, lo que los esposos detestan es que evitemos la confrontación o asumir nuestras responsabilidades con lágrimas en los ojos. Es una forma en la que ellos se sienten manipulados pues nadie quiere ver llorar a quien ama. Necesitamos respirar profundo, calmarnos y enfrentar lo que viene.

3- Memoria de delfín

Los delfines nariz de botella tienen la mejor memoria del reino animal. Sin duda es una gran cualidad, para lo positivo… Los hombres siempre se quejan de que las mujeres aprovechamos cualquier mínima discusión para recordarles todos sus errores pasados. ¿Qué quiere decir esto? Que hay temas que no han sido perdonados. El pasado no tiene por qué invadir el presente. Recuerda que perdonar implica sanar y seguir adelante.

4- Hablar sin parar

Todos queremos desahogarnos. Las esposas en especial queremos que nuestro esposo llegue pronto para contarle las cosas que nos pasaron en el día, pues él es nuestro mejor amigo. Pero descargar todo lo que nos ha ocurrido en el día no es la mejor opción. A veces las esposas hablamos sin parar y no dejamos tiempo para que ellos nos cuenten cómo estuvo su día. Te sorprenderías con todas las historias que tiene para contar. ¡Haz que valga la pena regresar a casa!

5- No hablar para nada

Amor, ¿qué tienes? –Nada. Pero pasa todo. Es una escena común. Cuando las mujeres nos molestamos esperamos que nuestros esposos sepan por qué y exactamente qué hacer para remediarlo, pero… ¡a veces ellos no tienen idea! Lo que ocurre es que hombres y mujeres somos diferentes. A ellos no se les ocurren cosas que para nosotras son obvias y viceversa. No esperes que  tu esposo lea tu mente, háblale con claridad y honestidad para que él comprenda tus sentimientos y hasta tus reacciones.

6- Hacerlo parte de tus hijos

Nunca olvides que tu esposo necesita ver en ti una mujer, no una mamá. Ponerlo en el mismo nivel de nuestros hijos, (es decir, regañarlo) es un irrespeto para ellos. De nuevo, no olvides que ellos son diferentes a nosotras y que si no hacen las cosas como las haríamos, no es por irritarnos o por ofendernos, es porque piensan distinto. Respeta siempre su punto de vista.

7- Esperar que sea perfecto

Puede que tu esposo no se vea tan espiritual como otros hombres de la iglesia, que no recite al derecho y al revés la Biblia, que no sea bueno jugando fútbol o que no sea el más detallista, pero nadie es perfecto. Si los años te han hecho olvidar sus cualidades o las cosas que te hicieron enamorar de él, tal vez estás enfocada en sus defectos. Evita compararlo o esperar más de lo que puede dar. Enfócate en sus miles de virtudes, pídele a Dios que te permita verlo con Sus ojos y volver a enamorarte cada día de tu marido.

8- Discusiones a destiempo

Pensé que era la única mujer que acostumbraba esperar hasta la noche (a punto de dormir) para sacar todos mis sentimientos y necesidades ante mi esposo y terminar en una batalla, pues el cansancio hace que se digan cosas que nadie quiere decir. El resultado: yo encerrada en el baño llorando y mi esposo ¡dormido! Era una escena casi cómica. Al día siguiente, frescos y tranquilos hablábamos y resolvíamos las cosas sin mayores contratiempos. Él lo único que necesitaba era que lo dejara dormir. Así que comprendí que para tener una conversación importante no solo se necesita buscar las palabras, sino también el momento. Aplica también cuando tu esposo está trabajando.

9- Cambios espontáneas en tu genio

Las mujeres sufrimos cambios hormonales que nos hacen parecer bipolares. Yo sé, no es nuestra culpa, pero tampoco de ellos. ¿Quién dijo que nos TIENEN que entender? Trabajemos en esos cambios de ánimo tan desagradables y sobre todo, no les echemos encima ese sube y baja de emociones que si nosotras no sabemos controlar, ellos mucho menos.

10- Usar el sexo para manipularlo

Dios nos entregó el sexo como la forma física de manifestarnos el amor. Es un momento sagrado, hermoso, único. El sexo no es una forma de soborno, ni de reconciliación. No se quita con el fin de conseguir algo. El consejo: honra tu cama matrimonial y ama bien a tu marido. Dios nos hizo diferentes por una razón, pero no es precisamente para recalcarles en lo que somos mejores, sino para complementarnos. Es fácil caer en actitudes que nos separan lentamente, pero Dios nos ha llamado a mantenernos unidos, firmes y estables en la fe y el precioso don del matrimonio.

Foto: 123RF

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