Adictos ¿Desde antes de nacer?

por Revista Hechos&Crónicas

El Reporte de Drogas de Colombia 2017 elaborado por el Ministerio de Justicia reveló que el consumo de estupefacientes ha aumentado en el país durante el último año, afectando a las mujeres en el campo de la salud, ámbito legal, sociabilidad y núcleo familiar, en especial a los bebés que vienen en camino.

El informe detalla que “el consumo de drogas se está incrementando en el país. La prevalencia de su uso alguna vez en la vida pasó de 8,8% en 2008 a 12,2% en 2013, y en el último año, pasó de 2,6% a 3,6%”. A lo que agrega: “de cada cinco personas que consumen, una es mujer y cuatro son hombres”.

La investigación indica que: “el tercer delito de mayor ocurrencia en la población carcelaria es el de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, con una participación de 13,29% en total. Sin embargo, al analizar el caso de las mujeres, este delito se ubica en el primer lugar con una participación del 30,3%”.

En línea con esta tendencia, el documento Mujeres, políticas de drogas y encarcelamiento, señala que “En Colombia, desde 1991, el número de mujeres encarceladas se ha multiplicado 5.5 veces y, de ese porcentaje, casi cinco de cada 10 mujeres están en prisión por delitos relacionados con drogas. De ellas, 93% son madres y 52% son madres cabeza de hogar.

Muchas de ellas inician su consumo dentro de las cárceles como una “una forma de escapar de la realidad que están viviendo”, según el Observatorio de Drogas.

Adicción en el embarazo ¿condena para el bebé?

A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: —Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres? —Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida. Juan 9:1-3.

El consumo de drogas de las mujeres sigue creciendo a la par con el de los hombres. Sin embargo, durante el embarazo el consumo de estas sustancias trae serios problemas para el niño durante la gestación y después del nacimiento. Estas afectaciones son conocidas como el Síndrome de Abstinencia Neonatal (SAN).

El centro de investigación del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford en California, EE.UU., define este síndrome como “un grupo de problemas que experimenta un bebé cuando se lo aparta de la exposición a narcóticos. Estas sustancias lícitas que causan la dependencia de drogas y adicciones en la madre también pueden provocar que el feto se vuelva adicto. Al nacer, la dependencia del bebé a la sustancia continúa. Sin embargo, como la droga ya no está disponible, el sistema nervioso central del bebé se hiperestimula lo cual provoca los síntomas de abstinencia”.

Las consecuencias de este síndrome en las madres e hijos varían de acuerdo al tipo de droga consumida, las dosis, la frecuencia del consumo, entre otros.  Sin embargo, el consumo de drogas por parte de la madre durante la gestación trae consigo que descuide sus obligaciones en el cuidado del bebé, un mayor riesgo de contraer enfermedades como el VIH–SIDA (Consumo por vía intravenosa), entre otros.

Entre los problemas que podrían afectar al niño se encuentran las convulsiones y la prolongación de los síntomas de SAN por seis meses (Heroína, metadona), nacimiento prematuro y bajo peso al nacer (anfetaminas y marihuana), crecimiento fetal deficiente, retraso en el desarrollo, trastornos del aprendizaje y el bajo coeficiente intelectual del bebé (cocaína).

Los síntomas más comunes que se pueden identificar son: temblores, irritabilidad, problemas para dormir, llanto fuerte, reflejos hiperactivos, convulsiones, congestión nasal y estornudos, mala alimentación y succión, vómitos, diarrea, deshidratación, fiebre o temperatura inestable, entre otros.

El tratamiento del SAN depende del bebé y de diferentes factores como la edad gestacional, la magnitud de la drogodependencia, tolerancia del bebé con respecto a los medicamentos y terapias, así como del diagnóstico médico.

“Los hijos de madres consumidoras pueden desarrollar Retraso del Crecimiento Intrauterino (RCU), como consecuencia de la dependencia de las drogas, lo cual aumenta la morbilidad. También pueden sufrir de alteraciones en el neuro-desarrollo, lo cual es muy grave, debido a que este abarca muchos aspectos de la formación del feto entre ellas las habilidades cognitivas. Estas alteraciones en la primera infancia se pueden ver muy temprano o hasta los tres o cuatro años”, explica Marie Claire Berrouet Mejía, Médico Especialista en Toxicología de la Clínica Hospital General de Medellín a la revista Hechos&Crónicas.

Panorama del SAN en Colombia y el mundo

La Agencia Reuters documentó en una investigación que la abstinencia neonatal ha crecido drásticamente en los últimos años. Los datos señalan que en 2013, 27 de cada 1.000 bebes recién nacidos en EE.UU. presentaron dependencia física de drogas mientras que en 2004, la cifra no pasaba de siete por cada mil niños.

En relación con lo anterior, el estudio “Síndrome de abstinencia neonatal: evolución en los últimos 10 años” publicado en 2014 señala que “se ha observado un incremento de la prevalencia en los últimos años respecto al consumo de drogas en mujeres en edad fértil y en mujeres embarazadas, lo que ha repercutido en un aumento del síndrome de abstinencia neonatal”.

En Colombia, el panorama del SAN es desalentador debido a que hay muy pocos estudios, cifras y seguimiento a los casos en el país. Por ende, el desconocimiento de este síndrome y sus consecuencias va en aumento consolidándose como un problema de salud pública.

“Estas alteraciones y enfermedades en los niños merecen un abordaje multidisciplinario, ya que no solo debería tratarlo un neonatólogo sino también un toxicólogo y en el caso de la madre, debería tratarla un ginecólogo acompañado de la misma forma de un toxicólogo y psiquiatra, dependiendo de su diagnóstico”, especifica la doctora Mejía.

A lo que agrega: “¿Cuál es el problema que tenemos? El personal que está formado en el país está siendo subutilizado y en el caso de mi especialidad, son muy pocas las clínicas que tienen toxicólogo para estos bebés. Esto aumenta el problema porque considero que las personas deberían estar más sensibilizadas sobre el tema así como deberían existir programas multidisciplinarios, sobre todo en el embarazo, que busquen prevenir que la mamá llegue al consumo y tengan un seguimiento, con el fin de disminuir la morbilidad y mortalidad del SAN”, concluye la especialista en Toxicología de la Clínica Hospital General de Medellín.

Por: David Bernal – @Davidbernall

Foto:123RF

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